Hoy quiero contaros la historia de una nuestras DUPs, Inés. Está pasando un verano muy especial, decidió irse a Grecia en sus vacaciones, pero eligió un campo de refugiados.
A través de un grupo de Facebook privado nos va contando lo que ve y vive allí y le he pedido permiso para compartir algunos fragmentos de sus historias con vosotros.
Ella quiere permanecer en la sombra y rechaza cualquier comentario alabando su aventura, es parte de la grandeza de esta inteligente mujer, así que respetando su decisión no aparecerá ni su apellido ni fotos suyas.
El drama de los refugiados continua y tenemos, debemos de hacer un esfuerzo por no olvidar este sinsentido que está ocurriendo tan cerca de nosotros y excepto las iniciativas de la gente, no se está haciendo nada para parar y solucionar este desastre. Siento vergüenza por la impasibilidad de los gobiernos, terrible que teniendo en nuestras manos soluciones se esté consintiendo tanto sufrimiento de otros seres humanos, dolor y vergüenza.
ALGUNOS FRAGMENTOS ESCRITOS POR INÉS
La idea es contaros lo que veo para que nonos olvidemos de que hay gente que ha huido de la guerra y del DAESH y mal sobreviven en tiendas de campaña
Grecia 2016, campo de Nea Kavala. Más de 1400 personas viven en este campo después de haber cruzado Turquía en autobuses precarios o a pie. Cruzado hasta Grecia en colchonetas flotantes. Y retenidos en la frontera con Macedonia, camino del norte de Europa.
Ninguno hubiera hecho este viaje si lo que han dejado atrás fuera más seguro, más cómodo
Esta noche ha llovido a mares y lo primero que he pensado al levantarme ha sido cómo habrán pasado la noche las personas en el campamento, en sus tiendas de campaña….
…Como a Ahmed, que tiene un bebé de cuatro meses y la ropa que le dieron de recién nacido ya no le vale. El bebé no puede ni estirar los brazos y las piernecitas dentro del mono y ha hecho agujeros con los dedos de los pies. Así que por la tarde me he saltado las normas y me he adentrado yo sola por el campamento (lo que está más o menos prohibido) y le he llevado 3 monos más grandes.
He conocido a más gente: al más anciano del campamento, la niña más futbolera…
Al final del campemento, donde están los iraquíes, una familia ha montado un huerto, ¡con espantapájaros y todo! Me impresiona el sentido de crear algo propio, de ganas de trabajar la tierra, de comer sus propios productos frescos…
Las personas que viven en los campamentos son increíblemente amables, como buenos árabes. Y los niños son súper cariñosos. Te invitan a sus tiendas y te ofrecen lo que tienen, que suele ser agua, te o zumo envasado.
Esto no quita para que entre ellos haya tensiones. Hace una semana 400 personas de la etnia yazidí se fueron de Nea Kabala porque no se sentían seguras. Acamparon en el campo de fútbol hasta que el ejército griego organizó unos autocares y los realojó en otro sitio.
Algo que me hace reflexionar mucho es ver que algunas personas ¡y los niños! van limpitos, bien arreglados y peinados (dadas las circunstancias) y otros van muy sucios. Todos viviendo en el mismo sitio y con los mismos recursos. Supongo que esto es también una fuente de tensiones.
Y sin entrar en consideraciones que pudieran resultar clasistas, unos son profesores, otros tenderos, otros estudiantes de ingeniería…. y todos con la misma incertidumbre respecto a su futuro, con su vida pasada arrasada.
Los niños en los campamentos
Lo que más llama la atención al entrar en un campamento es la cantidad de niños que hay y lo amorosos que son. Te sonríen, te lanzan besos y muchos se te tiran a los brazos para que los cojas.
Estos días he visto a muchos de los niños más guapos que he visto en mi vida. ¡Qué ojazos!
parece mentira que estén viviendo esta situación tan dramática: ríen, juegan, se pelean… como cualquier niño en España. Bueno, no. Estos se ríen más, no piden nada y apenas lloran.
Y muchos dicen «malaka, malaka». Después de indagar he descubierto que no es una palabra árabe sino griega. ¡Pajero! Es lo,que oyen decir a los soldados griegos y ellos lo repiten.
¿Qué les deparará la vida? ¿Cómo recordarán su infancia en los campamentos en Grecia?
No puedo evitar acordarme de la generación de nuestros abuelos en los campamentos en Francia, después de la Guerra Civil
Y como contraste, las personas mayores. Hay muy pocas, pero las hay. Y son las que más angustia me producen.
En Nea Kavala hay un señor muy mayor. Anda mal y tiene una mirada de profunda tristeza. No puedo imaginarme lo que debe ser llegar a la última fase de tu vida y tener que abandonar tu casa, tu ciudad, tus referencias, todo lo que has construido a lo largo de tu vida. Y tener que vivir de mala manera en una tienda de campaña. Y que tu mejor futuro sea tener que empezar una nueva vida en otro país, con otra lengua, nuevas costumbres, vecinos desconocidos…
¿Os imagináis algo así para vuestros padres?
Reparto de VUESTROS juguetes
Hoy ha sido probablemente el día más emotivo de mi estancia en los campos de refugiados. ¡Hoy hemos repartido los juguetes que compré con el dinero de la fiesta ines&carol50 y el que me dísteis después! Decidí comprar cosas para los niños porque alguna niña maravillosa aportó el dinero de su cumpleaños y pensé que es lo que ella querría. Y decidí comprar juguetes sin distinción de género (que ya bastante hay) e incluir a los adolescentes, que siempre salen discriminados en contra de los más pequeños. Concretando: 300 pizarras vileda, 234 juegos de plastilina, 30 dianas con dardos de velcro, 80 paquetes de cartas (para los adolescentes), 32 pelotas de fútbol, 20 juegos de palas y 67 cuerdas para saltar. Más de 1300€ en juguetes. El resto lo he gastado en ropa y zapatos para 3 familias.
Estaban encantados. Alguno también ha llorado porque las palas y los dardos, lo más popular, se acabaron pronto. Para entretenerles la espera y «promocionar» el resto de los juguetes, hemos jugado con ellos.
Solo por ver la cara de la mayoría de los niños cuando entraban en el «chiringuito» a coger su juguetes ha merecido la pena.
Os cuelgo algunas fotos. No me gusta hacer fotos de niños si ellos no quieren, así que quizás no son muy explícitas.
Y es una pena que las fotos no recojan el griterío en la fila.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, SUCRAM, SUCRAM, SUCRAM
Para terminar de contar la historia del reparto de juguetes y porque creo que es justo que sepáis la historia completa.
Al final de la tarde algunas personas han protestado porque los niños menores de 3 años no habían tenido juguetes hoy. A pesar de que les hemos dicho que mañana se repartirían para ellos la tensión han subido mucho y un hombre ha robado una caja con juguetes. Le hemos cogido, pero la tensión ha seguido subiendo y han amenazado con forzar el container por la noche y coger lo que haya. Así que nos ha tocado vaciarlo, montarlo en una furgoneta todo y cruzar los dedos para que mañana nos encontremos el container entero….
A pesar del buen ambiente que se ve en los campos, hay mucha tensión subyacente y a veces explota por lo más mínimo, como esto. La gente vive en malas condiciones sin saber qué va a ser de su vida y algunos la descargan con cualquier excusa.
La verdad es que yo me he disgustado muchísimo con este fin de tarde. Prefiero recordar la carita de los niños contentos, pero me ha quedado un sabor agridulce…. Así es la vida, supongo
Azam es una de las personas que ayuda a las ONGs en el campo de Liti.
Azam estudiaba 3° de ingeniería informática en Alepo. Su madre es enfermera y su padre abogado. Dice que la guerra en Alepo iba «por barrios»: unos los controlaban unos, otros, otra facción y que la población civil quedaba enmedio. Para ir a la facultad tenía que atravesar tantos controles que siempre llegaba tarde y tenía miedo de perder el curso. Sus padres le decían que tuviera paciencia….. hasta el día que en los controles empezaron a reclutar jóvenes para la guerra. Ese día Azam decidió marcharse, llegó a Turquía, cruzó la frontera a pie y cuando los soldados turcos le pillaron, le dieron una paliza que casi le matan.
Sobrevivió y empezó a trabajar en una fábrica textil 12 horas al día por 600€ al mes. El mes que le pagaban 600€, porque como estaba ilegal, no podía reclamar el mes que el capataz, un analfabeto que apenas sabía escribir, decidía que se quedaba con parte del dinero. En seis meses consiguió ahorrar lo suficiente para pagar el «salto» a Europa: 500€ hasta Lesbos. 4 horas de travesía por la noche en una colchoneta hinchable llena de niños…. Lo consiguió y de ahí pasó a Idomeni, el mayor campo de refugiados hasta que fue desmantelado hace dos meses. Hoy está en Liti y da clases de matemáticas a los niños, además de ayudar a las ONGs. No tiene noticias de sus padres…
Reconozco que al principio me molestaba «tanta ayuda», pero hablando con él me dijo que él no es un emigrante económico, es un emigrante político y no le gusta vivir de la caridad: quiere contribuir. Sin guerra hoy sería ingeniero en Alepo y no estaría malviviendo en una tienda con otros 6 chicos jóvenes con historias parecidas a la suya. Sabe que en el mejor de los casos, conseguirá en algún momento vivir en Europa y que tendrá que volver a empezar sus estudios.
No tengo foto de él, así que pongo una de la entrada a Liti y otra de la zona de baños
Inés está colaborando con una ONG Norueg,
A Drop in the Ocean , hay muchas otras como
ACNUR con quien hemos colaborado alguna vez y seguro que volvemos a hacerlo.
Lo que si podemos hacer todos es
no olvidarlos, no quedarnos impasibles ante las pocas imágenes que nos llegan, no perder nuestra humanidad…