En mi último viaje a India, estuve de nuevo en la Fundación Vicente Ferrer. Vi muchas cosas, esas que cuando ves se te acelera el corazón y se te humedecen los ojos, pero cuando visité la incubadora de uno de los hospitales que ha construido allí la FVF tuve un sock de los que no olvidaré en mi vida.
En esta zona hace unos años, caer enfermo era una desgracia y si las cosas se complicaban había pocas posibilidades de salir adelante. Sabiendo lo que ha pasado esta gente, cuando te encuentras en un lugar como este, donde los bebes que nacen con algún problema tienen una oportunidad de vivir, empiezas a creer en los milagros que podemos hacer.
La fragilidad de estos cachorritos es sobrecogedora, tan pequeños, en esas máquinas y tubos y cables… se te encoge el alma verlos. Pero lo importante es que pueden sobrevivir y eso era algo impensable hace poco tiempo.
La medicina en India es un campo muy avanzado, pero como el resto de cosas no es accesible a todos. Aquí aunque provengas de una casta inferior tienes una oportunidad. Es terrible pensar que hay gente que considera a algunos seres humanos de primera y otros de segunda, sólo por donde el azar les ha hecho nacer.
Estos pequeños crecerán, darán alegrías y disgustos a sus familias, amarán y puede que alguno haga grandes cosas, cada ser humano que nace es un tesoro en potencia que puede cambiar el mundo o simplemente despertar la sonrisa en otro ser…. y sólo por eso hay que hacer todo lo posible para que vivan
Me ha encantado… Estoy sorbiendo el moquillo. Prexioso